viernes, 25 de febrero de 2011

Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios”.

Toda forma y función de la iglesia primitiva era la

Expresión de la vida que fluía desde el interior.

No iban por ahí para predicar iglesia ni para tener seminarios sobre

estructuras de iglesias o crecimiento de iglesias apropiados.

Seguían a

Cristo y eran conscientes de Su promesa. Yo soy la luz del mundo: el que me sigue,

no estará en tinieblas sino que tendrá la luz de la vida .

Juan comienza su evangelio diciendo: En el principio era el Verbo, y el Verbo era Dios

y el verbo era con Dios En Él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres

(Juan 1:1 y 4). En Jesús esta la vida y esa vida es nuestra luz para comprender todo lo que DIOS quiere para nosotros.

El

Entendimiento espiritual solo viene por medio de la unión con la vida divina y esa vida

Está en el Hijo. El que tiene al Hijo tiene la Vida…”

Porque en Ti está la fuente de la VIDA: en tu luz veremos la luz (Salmos

36:9).

Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la

vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; y no queréis venir a mí para que

tengáis vida. (Juan 5:3940).

Cualquiera que utilice la Biblia como un libro de normas, no comprende el propósito

divino de la Escritura. El Testimonio de Jesús es el Espíritu de la profecía

Sea cual

sea nuestra doctrina, si no nos dirige a un conocimiento íntimo de Cristo, pierde el

objetivo de Dios completamente. Las Escrituras fueron escritas para que podamos

creer que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, podamos tener

vida en Su nombre. Las Escrituras apuntan a Jesús, y sin embargo, que triste que

muchos rehúsen venir a Él. No podemos encontrar evidencia de que Jesús enseñara a

Sus seguidores a vivir estrictamente conforme a un libro de reglas. Lo que si dijo es

que Dios dio las Escrituras del Antiguo Testamento para traer al lector a Él mismo. Del

mismo modo, los Evangelios y las Epístolas no son libros de normas por las que

intentamos de forma independiente y sistemática, acercarnos a Dios por nuestros

propios méritos. Son testigos de Él, por cuya sangre somos aceptos en el amado. Cristo

es la sustancia de la que testifican las Escrituras. Las Escrituras son un espejo que

refleja Su imagen. Fueron dadas para verificar la existencia y la realidad de una

Persona y para llevar a los lectores a dicha Persona.

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